Cuando le pusieron las esposas, el dentista por fin creyó comprender el concepto de “AUTORIDADES SANITARIAS”. Pensó en algún funcionario extraviado por los vericuetos del aburrimiento, y que se hubiera dado a una desafortunada investigación sobre el reciente mapa epidemiológico de niños cariados. Pero más adelante maldijo entre dientes, hasta la extenuación, a su compinche. No cabía otro Judas. Amañar aquello con “el hombre de los caramelos”, no fue lo que se dice una idea brillante.
viernes, 19 de diciembre de 2008
SE ENJUAGARÁ LA BOCA CON EL COLUTORIO DE SU EXCULPACIÓN
Cuando le pusieron las esposas, el dentista por fin creyó comprender el concepto de “AUTORIDADES SANITARIAS”. Pensó en algún funcionario extraviado por los vericuetos del aburrimiento, y que se hubiera dado a una desafortunada investigación sobre el reciente mapa epidemiológico de niños cariados. Pero más adelante maldijo entre dientes, hasta la extenuación, a su compinche. No cabía otro Judas. Amañar aquello con “el hombre de los caramelos”, no fue lo que se dice una idea brillante.
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