En el mismo momento en que Radovan Karadjik reclamó en La Haya que no iba a tener un juicio justo, los sismógrafos de medio mundo detectaron una agitación telúrica. El motivo, un choque tectónico cuando miles de cadáveres se revolvieron en sus fosas comunes.
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9 comentarios:
Breve y conciso.
Lo bueno, si es breve, dos veces bueno.
Ya sabemos que la escritura a veces es terapéutica. Incluso puede neutralizar la rabia.
Un abrazo.
Sabias palabras las tuyas!
Otro abrazo
Enhorabuena mi desconocido por prolífico cuentista. No es cuento, My Way. En esta tierra de frontera, los cadáveres se agolpan cada día en el estrecho, el último un niño de cuatro años cuya cabeza ha sido encontrada allá por cabo Sacratif con los ojos muy abiertos y de la boca le salían peces de colores.
Desde allí tampoco pueden hacer mucho: llamar nuestra atención también a través de la literatura. En este sentido, en el libro "Entre las dos orillas" (puedes leer mi reseña en
http://www.aeue.es/media/Ou1/File/Items/dossierabril08/LAOPINIONDEGRANADA050408.pdf )
la mayoría de las historias hacen referencia al paso del Estrecho. Claro, que más al interior tampoco la cosa les va mejor: ni siquiera nos enteramos que hace así como un par de meses en Sidi Ifni la desproporcionada represión de unas revueltas han dejado varios muertos. Aunque de la vida a la muerte no hay mucho trecho para ellos.
Palabras sordas y oídos necios, no hay más.
Buenísimo, José. De verdad que me parece inmejorable. POr cierto, un placer pasarme por tu blog, lo iré disfrutando poco a poco.
Besos desde Hamburgo.
Lejos de Hamburgo, pero esta es tu casa.
Gracias y besos para tí y abrazos para tus dos Eriks.
Buenísimo, Pepe.
Ya era hora de leerte en distancias cortas cortísimas!!
Gracias Valeria por pasearte por aquí. Pero voy a tener que implantar el derecho de admisión si seguís mirando con tanta benevolencia mis micros.
Besos.
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