El sacerdote ha vuelto a hacerlo; la pulsión es más fuerte. Por eso ha colocado el espejo dentro del confesionario. Tapona las fisuras de su conciencia mediante el discutido mecanismo óptico de la autoabsolución.
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1 comentario:
Pues yo me voy al lado oscuro del espejo en donde debe estar el pecado, ¿no?. Ale Pepe, luego dices que estás seco. SErá que no tomas cerveza...
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