viernes, 16 de diciembre de 2011

DOS POR TRES CALLES IBAN ESTRECHOS


Elogio de la media distancia es la partida de bautismo de esa zona fuzzy que es el camino que media entre dos oponentes que siempre andan midiendo sus fuerzas en el rectángulo tipográfico de la mancha de texto: novela y relato. Volpi la nombra y eso la materializa: media distancia.


De modo que inspirados por las reglas de la media distancia que él mismo esboza en ese miniensayo/manual de instrucciones nacen los media distancia contenidos en Días de ira: tres narraciones en tierra de nadie.



Una serie de circunstancias podrían habrían hecho de este libro algo soporífero: la elección de un vehículo, el del mal, tan trillado, la prosa recargada de "A pesar del oscuro silencio", por ejemplo, pero hete aquí que va el hombre y le da la extensión justa para decir lo que quiere y no cansar.


Experimentos sin gaseosa y con final feliz (no las narraciones, si no el del objetivo logrado) que comento esta semana en La Biblioteca Imaginaria. Si prefieres mirar en lugar de imaginar, lo encontrarás en este link http://labibliotecaimaginaria.es/page10.php?post=1426

jueves, 15 de septiembre de 2011

LARRY BROWN EN CHERNÓBIL





El narrador de "La aprendiza", relato bien descriptivo de lo que debe ser la realidad de cualquiera empeñado en ver publicada su obra, se ve obligado a hacer horas extras en la central nuclear donde trabaja, para que su mujer no tenga que trabajar y así pueda seguir escribiendo, y para estar apartado de ella: se evitan distracciones, se evita que ella descargue el tsunami de su mal humor.


De Larry Brown hablo esta semana en La Biblioteca Imaginaria, mejor dicho, de su "Amor malo y feroz".


Y de lo que no se habla ahora es de la fuga radiactiva desatada en Fukushima por el tsunami o el terremoto (ya no me acuerdo), del mismo modo que después no se habló más de Chernóbil.

El protagonista del relato de Larry Brown dice que se arriesga a recibir dosis extras de radiación, aunque todo sea porque su chica triunfe. En Chernóbil triunfó la mentira, y por eso conviene la lectura de este otro libro que reseñé en la edición anterior de La Biblioteca Imaginaria. Una obra que celebra los 25 años del desastre respondiendo muchas preguntas y dándonos un puñetazo en la boca del estómago, un libro que hace saltar el contador Geigger de nuestra conciencia adormecida.


Ambos comentarios en La Biblioteca Imaginaria.


viernes, 22 de julio de 2011

DE AQUÍ Y DE ALLÍ

"Sin lengua", de Vladímir Korolenko (Editorial Barataria) y "Padre, hijos y primates" de Jon Bilbao (editorial Salto de Página), son las dos novelas que he reseñado este mes, y cuyas portadas por algún problema de este puñetero programa no puedo insertar.
Dos libros a bastantes años el uno del otro, dispares, por cuanto huyen de la estructura de la novela (la primera tira hacia el cuento antropológico, la segunda quiere ser relato largo. La primera narra una peripecia casi física con un Nueva York de fondo que se prepara para lo que vendrá después, una ciudad hostil, un campo de entrenamiento para supervivientes como el que describe Antonio Ruiz Vilaplana en "Destierro en Manhattan. Refugiados españoles en Norteamérica" (Zimerman editores, 2010). La segunda describe dos turbulencias, la exterior que se vive gracias al huracán que alcanzará el Yucatán, y la interior que vive (o que construye y tiene que creerse) el protagonista.

En http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=4097 la reseña sobre el libro de Bilbao, y aquí mismo la de Korolenko, dos buenos materiales para pensar en vacaciones (no "en" las vacaciones).


Título: Sin lengua

Autor: Vladimir Korolenko

Traducción: Luis Abollado Vargas

Editorial: Ediciones Barataria

Págs: 191

Precio: 17 €



Nunca pensé encontrar en cualquier floristería una tarjeta de felicitación que incluyera alguna frase de Alfonso X “El sabio” (en castellano de ahora corriente y moliente, of course): “Quema leños viejos, bebe vino viejo, lee libros viejos, y ten viejos amigos”. Pero ahí estaba, entre anthurium, orquídeas y pequeños cactus, un ramillete de palabras que me dio que pensar que lo mismo que los azúcares del vino se transforman en alcohol, algunos libros viejos llegan a convertirse en viejos amigos. Sin duda, “Sin lengua”, de Vladimir Korolenko es uno de ellos, aunque lo tenga apenas recién leído.

“¿Qué hay de nuevo, viejo?”, lanzaba siempre desafiante Bugs Bunny, y a mí me fascinaba esa mezcla de los antagonistas nuevo y viejo en una pregunta. ¿Qué hay de viejo en este libro ahora nuevo gracias a Ediciones Barataria? Me parece que únicamente la fecha de nacimiento: 1895. Bueno, también su carácter de narración antropológica con la que Vladimir Propp se frotaría las manos por aquello de que quizá se ajuste perfectamente a su “Morfología del cuento”: partimos de la descripción histórica y social de una aldea ucraniana donde la vida es difícil (p. 51: “El pez busca hondura, y el hombre hartura”), donde coexisten entre otros personajes un “tonto” colosal en su figura y fuerza proverbial, (Matvei “el timón”) y un “listo” adaptativo y físicamente débil (Iván Lozinski “El humos”) que salen en busca de fortuna. La hermana de Matvei se extravía en el viaje (una doncella a quien salvar). Siguiendo las pautas de Propp tenemos las dificultades del héroe, la transformación profunda de los personajes (durante el viaje en barco se nos desvela un Matvei que aunque no encuentra palabras para expresar su pensamientos tiene una altura mental a la que el narrador presta profundidad poética. En las circunstancias actuales a su amigo y compañero Iván no le basta con su mínima picardía rural…) ¿Y qué hay de nuevo? Para empezar, el viaje que emprenden a un universo desconocido, tiene como destino otro continente en las antípodas ideológicas de la vieja Europa: una Norteamérica en construcción que está naciendo al mundo, y ellos concretamente apuntan a su núcleo, esto es, Nueva York. Como no empeño con ello ningún honor me da igual si meto la pata, así que me parece oportuno señalar que por las venas de esta novela fluye un plasma futurista (hay que esperar hasta 1909 para que Marinetti publique su manifiesto), que adivinamos en ese canto a las máquinas en forma de asombrado temor totémico ante los tranvías que nunca han visto, el ferrocarril que nunca imaginaron, las casas de altura babilónica que nunca divisaron. ¿Qué más hay de nuevo, viejo? Pues que es una obra moderna: se permite interrumpir el hilo de la narración transcribiendo noticias (“sueltos periodísticos” le llama) que vienen a apoyar lo que se cuenta haciéndonos oscilar en la duda de cuánto hay de mentira y de verdad en toda esta “historia”.

Novela moderna y novela vademécum: recuerde el viaje iniciático del archiconocido griego; contiene un Cándido; podría hablarse por momentos de un narrador a lo Walt Whitman que en muchos momentos celebra la naturaleza… Pero ante todo es un ensayo social, una obra humanista que critica la esencia de la vieja Europa, sus separatismos económicos estancos, sus odios religiosos (pogromo de Dubno contra los judíos) frente a la armonía universal de esta nueva tierra de promisión… Ojo, no estamos hablando de un iluminado, de un converso. Con la leal determinación del testigo valiente, con un envidiable tacto pedagógico también despliega los planos del lado más oscuro de esta maquinaria en la que los engranajes empiezan a atascarse: los tejemanejes de unos poderosos emergentes que el cine negro se encargará de revelar en celuloide. ¿Y qué más? Pues que Tana Janowitz debió leer “Sin lengua” antes de publicar su “Un caníbal en Manhattan” (me parece que Anagrama lo ha reeditado en 2011). Naturalmente y como no podría ser de otra forma si hablamos de literatura, (aunque hace los veintitantos que lo leí y no podría fiarme mucho de mi memoria), aquel libro que coloca a un ex-caníbal procedente de Papúa Nueva Guinea (recordemos que el canibalismo lo prohibieron en Papúa Nueva Guinea en 1953, si estoy en lo cierto, aunque sí es cierto que no dejó de practicarse a tenor de la presencia de “kuru”, o sea nuestra encefalopatía, a causa de la ingesta de cerebros humanos) en el centro de un Nueva York años 70-80 de artistas conceptuales donde a partes iguales se conjuga la comicidad y la tragedia que Vladimir Korolenko insufló muchos años antes en esta novela que estamos tratando, (aunque en Korolenko el combustible es la imposibilidad de comunicarse, página 20, “Pues es verdad. Sin lengua va uno como un ciego o como un chiquillo”, en Janowitz son las costumbres, el perfil antropológico).

Yo creo que todo está dicho, aunque voy a añadir lo que se dice a sí mismo nuestro particular Ulises, nuestro Matvei “El timón” en la página 31: “Porque las personas son propensas a la compasión y al amor, sobre todo en tierras extrañas”.

Un libro, cómo no, es tierra extraña. Por eso siempre tememos perder el tiempo, lo más valioso, adentrándonos en sus páginas. Pero al calor del amor y la compasión que inspira este libro viejo, se sentirán cobijados los viejos. Y la aventura y las situaciones complicadas harán crecerse autosuficiente, a cualquier joven que abre los ojos al mundo y tiene que aprender a caer, caer y levantarse, con la ayuda, también por qué no, de los libros viejos. Hagan caso a Alfonso X “El sabio”, que dijo aquella frase del principio, y que de esto debería saber un rato.

José Cruz Cabrerizo

martes, 3 de mayo de 2011

MI ENTREVISTA A RACHEL P. MAINES




Este mes en el periódico digital "El Heraldo del Henares" aparece la entrevista que he realizado a Rachel P. Mianes, la autora de "La tecnología del orgasmo: la histeria, los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres". P. Maines aporta valiosos datos y anécdotas a propósito del libro y su secuela en forma de documental en los Estados Unidos, patria de la autora y país bipolar como se deduce de la acogida que tuvo la obra.






Mi reseña "La tecnología del orgasmo: la histeria, los vibradores y la satisfacción sexual de las mujeres" el pasado mes de abril en la revista "Ojos de papel" aparece indicada en la entrada anterior.





lunes, 4 de abril de 2011

¿SUEÑAN LAS MUJERES CON VIBRADORES ELÉCTRICOS?

A lo que se ve, 2/3 de las mujeres no llegan al orgasmo mediante el coito convencional mientras nosotros nos miramos el ombligo. Para no cerrar los ojos, reseño el libro en la revista Ojos de papel. http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=3949 Porque contrariamente a lo que se pusiera pensar no va de buenas y malos, si no de hombres tontos y mujeres que callan su insatisfacción, de la histeria como ausencia de orgasmos, y de la medicalización de algo que no solo tiene cura en las consulta del médico.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Cuando para que te crean, tienes que escribir una novela.



La seguridad del mundo normal depende de garantizar que los tipos malos no se salgan con la suya. En ocasiones, esto significa hacer la vista gorda o cooperar con el enemigo de tu enemigo, o incluso con el mejor amigo de tu enemigo. Son medidas extraordinarias, Curtis, que me hacen poner en duda mi cordura más a menudo de lo que se imagina”.


Así se expresa el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (los naturales del resto del continente se quejan de que se utilice el término "América") en esta novela sobre basura y mentira, (o lo que es lo mismo, dinero) y sociedades secretas nada disparatadas.

Si Daniel Stulin, periodista de investigación, nos contara las verdades de su novela en forma de crónica periodística nos parecería pura ficción. Por eso ha tenido que inventarse una novela. Y por eso suponemos que calla mucho de lo que sabe. En aras de la verosimilitud y de la credibilidad, rechazaríamos cualquier cosa de más.


Mi reseña sobre la novela, en la edición de esta semana de La Biblioteca Imaginaria.


domingo, 20 de febrero de 2011

LA AVENTURA DE MARTA ABRIL EN LA EDICIÓN DE FEBRERO DE OJOS DE PAPEL


La segunda obra de Paulino Masip que Zimerman ediciones recuperó en el 2010, es esta interesante novela publicada en México en 1953. Una creación tragicómica en la que si bien no asoma el dolor y la nostalgia del exiliado, parece que el autor gastara una broma cruel. Y eso mediante el procedimiento de crear un personaje, una mujer española que desde luego está en las antípodas de la realidad de aquel tiempo.
Ejemplo del buen producto manufacturado que se puede conseguir a partir de un sentido de la proporción que no todo el mundo posee. Para cualquier otro sería difícil combinar un mínimo de comedia de enredo, un levísimo tufillo erótico, y el eterno problema de las apariencias.

jueves, 27 de enero de 2011

Por entre las ramas del bosque narrativo


En La Biblioteca Imaginaria se publica este jueves la entrevista que he realizado a Chesús Yuste y la reseña sobre su libro. Las distintas permutaciones literarias nos permiten obras en las que se da la vuelta a figuras como por ejemplo la del detective.

Y en la revista Narrativas correspondiente al trimestre enero-marzo 2011 han tenido la deferencia (si dijera que el buen gusto, eso ya sería de mal gusto), de publicar mi relato "Príncipes ambulantes", un experimento en granaíno y caló. (Debí haber hecho caso a Aznar, el de los "váyase", que decía que los experimentos "en casa y con gaseosa").

http://carlosmanzano.net/narrativas/portada.htm