Se trataba de una cucaracha rubia, de costa, frecuente en los paseos marítimos. Un espécimen de los que usan sus élitros y tienen exoesqueleto blando. Todo lo contrario a sus primas de tierra adentro, de un color fúnebre, sedentarias como oficinistas, acorazadas… La he pisado. Por un momento me remordió si durante algún milisegundo habrá sentido dolor. Tenía el Cucal de Cruz Verde en una mano, ortópteros reinas de un planeta en putrefacción durante el Carbonífero. Me ha parecido una mezquindad que el spray la persiga hasta su lóculo.
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1 comentario:
ja ja ja He sentido el crujido humedo del caparazon hincado en el pus de la cucaracha en lo mas hondo, y eso que no has descrito ningun crujido...
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