viernes, 26 de septiembre de 2008

ACTO REFLEJO

Al pasar junto al espejo he visto la figura contrahecha de mi padre, los brazos arqueados, la oquedad de sus sobacos prensiles como tenazas cuando yo le arremetía con las cosquillas. Él como que no las siente y escarbo con mis manos más adentro, espantado por la idea de que a su edad perderé la risa.
Tras el espejo se llega al salón donde mi hijo me asalta para hacerme cosquillas. Tengo brazos arqueados. Los abro en cruz sobre la alfombra. Me presiona el pecho con sus años, pero eso no tapona la hemorragia de tristeza, el severo shock séptico de incertidumbre hospitalaria que me acomete. Finjo borbotones de risa.

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