domingo, 17 de mayo de 2009

MICRORELATOS "BATARROS" 4/5


ÍNSULAS

De mañana abandono a mi hijo en la isla desierta de mi afecto: el selvático jardín de infancia donde esquiva las dentelladas que el día quiera perpetrarle con sus caninos, premolares o molares de leche. Es un perro, un cachorro de Paulov, al que le imponen cuando debe nadar en una abundancia de cacharritos con marcado de seguridad CE que extenderán los vastos dominios de su cociente intelectual. Por la noche huroneo sus movimientos, le doy una pátina de caricias, cosquilleo sus pies buscando el recoveco donde escondió el plano de la risa. Como un Robinson resentido con el mundo antepone sus bracitos de puños cerrados.

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