jueves, 28 de mayo de 2009

¿ALGO QUE DECLARAR?


Años atrás, después de manosearme, cachearme, escanearme, radiografiarme, tras airear algunos de mis calzoncillos y mirar mis papeles al microscopio, en los controles del J.F.K. me preguntaron si tenía intención de matar al Presidente. Esta es la segunda vez que me atrevo a dejar la seguridad fronteriza de mi país; la primera ocasión en que estoy tan cerca del cielo; la primera oportunidad que tengo para arrepentirme de no haber abrazado al Supremo cuando pude. Faltan apenas tres horas para aterrizar en Yakarta. Una vecina de los asientos traseros adicta a las guías y revistas de viajes ha dictado al marido sus últimas advertencias. “Y sobre todo, si te preguntan, no olvides que en Indonesia está prohibido no creer en dios”.

2 comentarios:

Raúl Ciriza dijo...

José Cruz, como lean tu blog, a la trena. Dicen, además, que las cárceles en Indonesia están muy bien preparadas. Al final va a ser que te ahorras el hotel...

José Cruz Cabrerizo dijo...

El peor estaribé es el de un estado norteamericano que no recuerdo, en donde el alcaide se jactaba de que le costaba menos alimentar a un preso que a su perro. Va el tío y abre un sandwich y ¡no había nada entre el pan! Pura magia.

Gracias por tu lectura.