lunes, 27 de abril de 2009

VEINTIÚN GRAMOS PESA MI ALMA


De los dos hombres, el que está sentado en el lado de la mesa de despacho que corresponde al visitante lleva traje militar. Como no sé nada de gradaciones o jerarquías castrenses, ni de estrellas y sus puntas, no puedo decir cuál es su rango. Sé que es Andy Terrón, un chicano de hombros anchos y boca grande como su padre. Su padre, que le negó la bendición:
-No te engendramos sobre esta tierra para que ahora te marches donde te van a partir el cuero. Tu mamá y yo, toda nuestra vida la consagramos a huir de un desierto, y tú ahora te pega la gana de que te maten en otro, aún más lejano.
-Soy un patriota y mi obligación es defender a mi país.
-¿Qué nos dio tu país? Mírame estar en cama carcomiéndome por dentro de tantos residuos como tragué. Me tomé toda la ponzoña de tu país, trago a trago y taco a taco. Si es que retornas con la cabeza puesta, no vas a encontrarme, la pelona se me lleva en unos meses.

En la habitación, una oficina de apariencia administrativa, no hay diván alguno, a pesar de que el otro hombre es siquiatra militar. Viste de paisano, casual wear. Sobre la mesa se reparten varias carpetas y estadillos.
-¿Por qué abrió fuego contra aquella familia?
-¿Qué por qué los maté?
-Sólo trataba de sonar suave.
-Soy un patriota y mi obligación es defender a mi país.
-Ese sector de Bagdad estaba tan bien peinado como su pelo. No contaban ni con un alfiler para defenderse.
-Sólo trataba de sonar suave –se echó adelante en su silla-. En realidad necesitaba matar inocentes para tener una pesadilla que me asalte, una fijación obsesiva que me produzca una patología mental severa que me asegure una pensión vitalicia o plaza en un sanatorio mental del ejército.
-¿Lo consiguió? ¿Se despierta sobresaltado? ¿Tiene alucinaciones del tipo confundir a gente que ve por la calle con sus víctimas?...
-No.
-¿Alguna otra alteración cognitiva o conductual?
-No.
-Entonces me temo que no puedo ayudarle. Tendrá que volver al frente –y se dispuso a rellenar algunos impresos.
-¿Significa eso que tendré que seguir matando inocentes?
-Si me apura… –y levantó la vista del formulario- Puede que no tenga otra forma de conseguir su propósito.

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