miércoles, 23 de marzo de 2011

Cuando para que te crean, tienes que escribir una novela.



La seguridad del mundo normal depende de garantizar que los tipos malos no se salgan con la suya. En ocasiones, esto significa hacer la vista gorda o cooperar con el enemigo de tu enemigo, o incluso con el mejor amigo de tu enemigo. Son medidas extraordinarias, Curtis, que me hacen poner en duda mi cordura más a menudo de lo que se imagina”.


Así se expresa el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica (los naturales del resto del continente se quejan de que se utilice el término "América") en esta novela sobre basura y mentira, (o lo que es lo mismo, dinero) y sociedades secretas nada disparatadas.

Si Daniel Stulin, periodista de investigación, nos contara las verdades de su novela en forma de crónica periodística nos parecería pura ficción. Por eso ha tenido que inventarse una novela. Y por eso suponemos que calla mucho de lo que sabe. En aras de la verosimilitud y de la credibilidad, rechazaríamos cualquier cosa de más.


Mi reseña sobre la novela, en la edición de esta semana de La Biblioteca Imaginaria.


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