viernes, 31 de octubre de 2008

ÍNSULAS

De mañana abandono a mi hijo en la isla desierta de mi afecto: el selvático jardín de infancia donde esquiva las dentelladas que el día quiera perpetrarle con sus caninos, premolares o molares de leche. Es un perro, un cachorro de Paulov, al que le imponen cuándo debe nadar en una abundancia de cacharritos con marcado de seguridad CE que extenderán los vastos dominios de su cociente intelectual. Por la noche huroneo sus movimientos, le doy una pátina de caricias, cosquilleo sus pies buscando el recoveco donde escondió el plano de la risa. Como un Robinson resentido con el mundo antepone sus bracitos de puños cerrados.

MORIR MATANDO

De las muy estrechas relaciones que mi padre mantenía con su corazón, le vinieron los celos al marcapasos.

martes, 28 de octubre de 2008

Lecturas en el Piaf (Antigüo Anais)

El lunes 3 de noviembre, a eso de las 22:00, y dentro del ciclo "De mes en cuando", estoy invitado a leer en el nuevo café Piaf (antigüo Anaïs) que está en calle Buensuceso nº 13. De modo que si queréis por allí nos veremos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Esta semana en la Biblioteca Imaginaria

En esta edición me ausento de "La Biblioteca imaginaria" http://www.labibliotecaimaginaria.es/
pero podéis encontrar tres reseñas de Raúl Rubio y Cristina Monteoliva en torno a autores que no se compran en el hipermercado.

viernes, 24 de octubre de 2008

CARTA A LOS PADRES

Con calculado gesto de negociante fingió contrariedad. Pero los implorantes gritos del chaval fueron en realidad la excusa perfecta con que devolver la pluma a su estuche. Durante un buen rato el rector del College había estado rasgando con ella el aire, tendiendo una invisible tela de araña con que cazar un comienzo para la carta. El caballo plateado que culminaba el bastón pacía apoyado contra la mesa, mas él se empecinó en ejecutar una tortuosa coreografía de cojitranco agarrado a cada mueble, en que la pierna lacerada de gota y momificada por las vendas levitaba adelantada en un paso que no acababa de dar. Tener ocupada la mano con el sostén de la vejez le habría impedido erguirse como siempre en su corpulencia añosa, los pulgares enfundados en los bolsillos del chaleco. Así aguardó frente al único ventanal, abierto y gótico, que enmarcaba barrigudas nubes plúmbeas sobre un mar de verde. Pronto la gigantez del conserje apareció abajo empujando un carro peligrosamente escorado a cada paso por el balancear de los cachivaches. De los faldones de su levita, queriendo escalar la chepa del hombretón, venía colgando con ambas manos un muchacho. Con las rodillas araba surcos en la grava del camino. Canales de carne desgarrada bajo los pantalones, que ciertamente habrían de conducir regueros de sangre, a pesar de lo que no proferiría en todo el tiempo más quejido que el de su lastimera rogatoria:
“Eche las ranas al lago si quiere, pero déjeme conservar mi colección de mariposas.. Me ha llevado años. Y los fósiles de trilobite. Se lo suplico”.
El patriarca posó los ojos en uno de aquellos como se llamara que sobre su escritorio le servía de pisapapeles. Exhalando el suspiro profundo de la abnegación, emprendió el camino de regreso a la escritura postergada.

“Espero sepan comprender que la educación es una tarea harto dificultosa en la que a diario dejamos nuestras fuerzas. El cometido de la presente no es alarmarles; más bien dar cumplida cuenta de la promesa a la que en su día me obligué, de mantenerles debidamente informados. La vida diaria de su hijo Charles en este internado fluye dentro de los cauces de la normalidad, aunque siga reincidiendo hasta extremos exasperantes en su desaliño indumentario. No obstante lo anterior, su comportamiento es de recta observancia de las normas de urbanidad con que las gentes civilizadas nos hemos dotado. Es preciso que no les oculte mi sincera preocupación por determinados aspectos de su rendimiento como estudiante. Cada día cruza la puerta de este mi despacho acompañando al mismo profesor. Con toda la humildad de que es capaz y avergonzado declara que, le es imposible no quedarse dormido durante la clase de religión”.
Repasaba los quevedos con el pañuelo y la carta con la vista cuando se percató de que había omitido el tratamiento. Retomando la pluma escribiría en el encabezamiento:
Distinguidos Sr. y Sra. Darwin:

RIESGOS LABORALES

Primero padeció el síndrome del “burn-out”. El jefe de personal de una plantación algodonera llena de esclavos habría palidecido ante la sola idea de tener que administrar tanto mobbing como el que el pirómano tragó en el parque de bomberos.

martes, 21 de octubre de 2008

RESEÑAS QUE NUNCA NADIE LEERÁ

El título desde luego es una broma. Espero que os paséis por "La biblioteca imaginaria" (http://www.labibliotecaimaginaria.es/) para descubrir tres nuevas reseñas, 2 de la amiga Cristina Monteoliva, que es una buena jefa, y no me recrimina aunque aproveche este medio para decirle que todavía no he leído las suyas, y una mía, todas de autores que merece la pena tener en cuenta. Os animamos también a dejar vuestros comentarios.

jueves, 16 de octubre de 2008

IMPOSIBLE MÍMESIS

Leocadio me ha dicho: “Ven, que no te vamos a hacer nada”, y entonces han caído sobre mí como la marabunta para arrebatarme el bocadillo aunque hambre es lo último que tienen, y alguna voz que ya se me hacía irreconocible ha repetido lo de “bajadle los calzoncillos y escupidle, y echadle un puñado de arena”. Por suerte todavía no se sabe de ningún caso con semejante profanación. Salvo las ballenas asesinas que bolean pingüinos por puro entretenimiento, hasta la peor jauría pone límites a la humillación de sus víctimas. Lo han dicho en un documental del Discovery Channel mientras bien camuflado en mi casa, sin abrir la puerta a nadie, esperaba que mamá volviera de fregar interminables escaleras y papá de la obra en la que retuerce hierros sin voluntad.

DÍAS CONTADOS

“Sólo se muere una vez”, dijo el optimista. “Sólo se vive una vez”, respondió el pesimista. Y girando sobre los talones se encañonaron con sus armas de duelo.

Biblioteca

Ya no estamos en tiempos de la escritura cuneiforme, con aquellas planchas de arcilla que se secaban de momento y no te dejaban escribir ni la lista de la compra. Ahora todo son bits, que como decía Nicholas Negroponte no son átomos, no pesan. De modo que en htpp://www.labibliotecaimaginaria.es o lo que es lo mismo "La Biblioteca imaginaria", vas a encontrar tres interesantes novedades editoriales reseñadas por mis amig@s.

viernes, 10 de octubre de 2008

ALGUNOS CONSEJOS SON INÚTILES POR CUÁNTO LA COSA YA NO TIENE REMEDIO

Más le vale no perder su tiempo leyendo esta bobada de microrelato.

ADAM SMITH


Soy el pedigüeño habitual de este barrio tan elegante. Naturalmente no recibo limosna con tal de que no me apoltrone en las mieles de la holganza y todo lo gaste en vino. Pero no todo está perdido para el ser humano: son tan generosos que siempre me ceden sus celulares para que pueda llamar al Teléfono de la Esperanza.

AMOR CIEGO

Soy vidente. Por eso sé que hice bien al no casarme con Margarita ¡A su lado se adivinaba todo negro! Cuando Lucrecia, me resistí a pisar el altar. El porvenir se mostraba borroso, desenfocado. Lo de Susana ha sido un arrebato, si tenemos en cuenta que no le veo el futuro a lo nuestro.

martes, 7 de octubre de 2008

Información y relato

En http://www.labibliotecaimaginaria.es/ ya tenéis tres nuevas reseñas sin encriptamientos, para que cualquier lector las pueda entender y decidir, sobre relato y novela. Espero que las disfrutéis porque nos cuestan lo suyo (más a Cristina que las tiene que colgar y llevar la administración de su web).
Pasear por las páginas virtuales de "En Sentido Figurado" (http://www.ensentidofigurado.com/) es otra de las propuestas que uno no debe dejar pasar si quiere adentrarse en un espacio abierto a cualquier autor de calidad aún sin nombre.

sábado, 4 de octubre de 2008

Dicen que la memoria de los peces no abarca más allá de los 2 segundos

(Esta misma reseña la puedes encontrar en "LA BIBLIOTECA IMAGINARIA" http://www.labibliotecaimaginaria.es/)

El pensamiento mudo de los peces
Lola López Mondéjar
Ed. Páginas de espuma, 2008
145 pp.
14 €
José Cruz Cabrerizo
“El éxito de jugar a ser gente normal”. Con este titular se anunciaba en El País del 15 de abril de 2008 que “Los Sims”, el videojuego en que uno diseña personajes a medida, a sus amistades, la casa que van a habitar, y perfila otros muchos aspectos de esos destinos virtuales, había llegado a la nada desdeñable cifra de cien millones de copias vendidas. Un compañero de trabajo me confiesa que hace un par de navidades compró los Sims 2 para su hijo y que desde entonces el videojuego acumula polvo en una estantería. “Igual es que le gusta que le den las cosas ya hechas; a lo mejor le interesan más los libros, que ya vienen montados como un Lego”, -le respondo, y él se encoge de hombros con una expresión desangelada.
Desconozco cuántos ejemplares llevará vendidos Lola López Mondéjar de este libro de relatos. Lo que sí puedo decir es que por sus cualidades bien merecería alcanzar una cifra importante de lectores. El primero de sus atributos, el modo chejoviano de contar: vidas pequeñas, historias pequeñas. O lo que es lo mismo: gente normal a la que pasan cosas normales, como a los Sims.
La autora ha dejado macerar los veinte relatos que componen el volumen durante la friolera de 11 años, el tiempo que tardó en publicar tres novelas. No es que haya hecho un camino inverso al resto de los escritores (lo natural, dicen, es pasar de la escritura de relatos a la de novela), sino que ambas necesidades, los dos modos de entender la narrativa han convivido con ella todos estos años.
Once velitas son muchas. Este hijo ya lo tiene crecido Lola, y dentro de no muchos años más, si la pobre criatura fuera de carne y hueso en lugar de papel, tendría que enfrentarse a los mismos retos que los protagonistas: patinar sobre el filo de la cuchilla que supone la incertidumbre en torno a la propia imagen que transmitimos a los demás; el temor al ridículo; el miedo al rechazo; el permanente sentimiento judeo-cristiano de culpa que nos asalta fruto de la educación recibida (“Acrílico sobre lienzo”, “Desconfianza”), nuestro bajo umbral de sufrimiento si lo comparamos con el que soportan quienes realmente llevan una vida dura y amenazada (“Uma y Diana”); el daño infringido e irreparable (“Tomy Amador”, y “Mar”). Los protagonistas son gentes que toman el 46 para atravesar la ciudad después de un día de trabajo agotador (“Marta”), o que fichan en una oficina, o que al jubilarse ven cómo sus ingresos minoran, mujeres emocionalmente sometidas a maridos con aires de suficiencia (“Clara”), y eso me gusta, es como si los relatos estuvieran inspirados en un vecino, supuran cercanía.
Respecto de la técnica, del armazón narrativo, la percepción que uno tiene es que muchas veces los editores buscan relatos donde el lector quede boquiabierto con piruetas y contorsiones temáticas o estilísticas a base de disparar con pólvora de rey. Pero créanme, todo eso es puro humo de paja, una lumbre a base de palillos de dientes que no deja huella alguna en el lector, quien a los pocos minutos ha olvidado el relato. Cabría pensar entonces que en este libro, la “normalidad” de los personajes lleva a un encefalograma narrativo plano, y que la autora lo va a compensar con algunos de esos postizos enumerados líneas arriba. Pero por suerte la de Lola López Mondéjar es ante todo una escritura alimenticia, frondosa pero limpia, tanto, que habría que mirar con lupa para encontrar alguna metáfora, son escasas las comparaciones. Su texto está bien planchado (para Alejo Carpentier “el adjetivo es la arruga del texto”), los calificativos son “rara avis”en sus renglones.
El libro tiene muchos más méritos: para armar sus artefactos narrativos, la autora, literalmente, ha arrinconado hojas de instrucciones, desobedecido a gurús, y obviado manuales de autoayuda para escritores en apuros. Primero porque sus títulos no llaman para nada la atención, no recurre al truco de deslumbrar al lector, y las más de las veces la narración recibe el nombre del o la protagonista. Otros textos han renegado del primer mandamiento de todo mentiroso que se precie: la frase que abre el relato debe enganchar al lector porque en el inicio es donde un relato se la juega. Y eso ella lo sabrá mejor que nadie, no me cabe duda, pero lean cómo manda a paseo la aritmética de la escritura para abrir “La tristeza del naranjo”: Hacía tiempo que venía notando lo que sucedía, pero se resistía a admitir que fuese cierto. O la primera frase de “Lluvia”. Unos inicios anodinos, que para nada anuncian el relato maravilloso que nos vamos a encontrar.
En su banco de trabajo arrincona las herramientas romas, y prueba otras con pulso firme, por ejemplo el recurso a la referencia cinematográfica: en “Ley de Costas”, “El pensamiento mudo de los peces”, “Pensamiento de amor”, “Nella”, “Cumpleaños feliz”, nos cita simplemente el título de una película y con ese pequeño comprimido nos da más información, nos sitúa más adecuadamente en el escenario o en la acción, que con cien explicaciones. Aunque lo que más llama la atención es el uso inteligente de lo que podríamos denominar “marcador emocional”: p. 23, “Formamos rebaños inmensos con idénticos gustos y aficiones, y tanto a Mayte como a mí nos complacía separarnos de los demás para conservar ese pequeño espacio en el que nuestro ego se regodea con la absurda creencia en su singularidad.” Un marcador emocional no es una transgresión reflexiva del narrador, sino una llamada a la enciclopedia personal del lector que le hace entrar en el entorno emocional de la acción al sentirse identificado (nada de que Dios lo agarre a uno confesado; que la autora, renombrada psicoterapeuta, me corrija o me acoja en su consulta por estas elucubraciones).
Respecto de los personajes Lola López Mondejar los quiere como Chéjov a los suyos, o como Carver (este los quería más a su manera, claro está). ¿Me pide que le dé un ejemplo? Lea “Tomy Amador”, y luego “Mar”. Ya adelantábamos algo al principio: sus criaturas tienen un presente soportable, normal, o de diario, por el que de pronto se atraviesa unas circunstancias, un suceso, o un consejo, que les hace pararse a pensar y ya algo les bulla dentro. Son como vuelos que de pronto empiezan a tener turbulencias. El pasajero sopesa los pros y los contras de tirarse en paracaídas o de aguantar las incomodidad temporal de los baches aéreos y finalmente decide aguantar el tirón, como ocurre en “El pensamiento mudo de los peces”, (a mi entender un guiño contra los libros de autoayuda), “Cumpleaños feliz”, y el más significativo de esta tendencia, “Resignación”. Pero la variedad formal es amplia y va desde el humor negro (“Nella”) y humor negro con tintes fantásticos (“Sylvie”), hasta el tierno relato que trata de una china en París y tiene una estructura de cuento chino (final abrupto, una especie de trozo de una narración). Me refiero a “Wuó”.
No quisiera dejar de resaltar que aunque estos relatos carecen de un nudo en el sentido estricto y la trama es interna a los personajes, todos los detalles están cuidados al máximo. Con esto que voy a decir corro peligro de destripar el relato, pero si tiene oportunidad no deje de examinar con detenimiento “Ley de Costas” (si me preguntan, uno de los mejores) y su final inesperado. Imposible mayores dosis de verosimilitud y credibilidad, no hay cabos sueltos, y sin embargo parece que en el final el primero de esos conceptos desbarrara un poco. Después de días pensando he llegado a la conclusión de que la verosimilitud no se desinfla: el narrador nos está engañando, se guarda información. Un buen ejemplo de que nuestros recuerdos perduran más allá de los dos o tres segundos que aguantan en la cabeza de un pez, y una buena muestra de que este libro no lo olvidará tan fácilmente.

Benferri convoca su IX Concurso Literario

No soy demasiado amigo de concursos, pero si miráis las bases veréis que el modo de selección de los trabajos puede ser bastante más riguroso que el de los jurados convencionales. ¡Ánimo!

Por si fuera de su interés o quisieran ayudarnos a difundir la noticia, les participo que:

El Ayuntamiento de Benferri convoca su IX Concurso Literario, con 4 ediciones anuales, en pro de la solidaridad con el menor.
Las bases están en la web
http://www.benferri-literaturaycompromiso.com/

Agradeciendo su atención, con un cordial saludo,

Luis Vicente Mateo
(Alcalde de Benferri)

viernes, 3 de octubre de 2008

VESTIDA DE AZUL

Querido diario:
Hoy me pasé castigada desde la mañana. Mamá me ha vuelto a decir lo de “muñequita mía, no fantasees”. Que es mentira lo de Barbie Palm Springs y muñeca Chochona tirándose de los pelos en la madrugada por el chulapo que recuerda Madrid encima del televisor, y dejando la habitación hecha unos zorros. Las dos se empeñan en ser destinatarias de lo que canta cuando alguna visita le saca de la boca el porroncito de vino, eso de “Voy a hacerte emperatriz de Lavapiés”.
Lo único que me consuela en esta asquerosa vida plastificada es saber que ninguna de las dos, ni cualquiera otra de la casa, se ha fijado en el soldadito de Tierra del C. I. R. 10 de Zaragoza que sopla la corneta. Colgado de una alcayata, sus ojos vidriosos me siguen por todo el salón.

TOTUS TUUS

La iglesia está en una de las encrucijadas más céntricas. El conductor de la funeraria del pueblo aguarda en la puerta el final del oficio religioso. Saluda a algunos coches. Si a los conocidos que van al volante no les urgiera una prisa semafórica, verían en su cara la sonrisa colmada de un Polifemo que recontara sus ovejas, la íntima satisfacción de un dios menor.